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marcel duchamp ,  new york 1917.  Foto:  edward steichen

El Efecto Duchamp

El más grande genio creador del siglo XX

Para mí hay algo más que el sí, el no y lo indiferente, y eso es, por ejemplo, la ausencia de este tipo de investigaciones

Marcel Duchamp

Publicado: 2016-09-12

Por: Pedro Trillo 

Marcel Duchamp (1887 -1968) es el mayor genio creador del siglo XX. Después de él, el mundo no pudo ser visto ni pensado de la misma manera; el efecto Duchamp corta transversalmente toda la esfera de lo social, la política, la filosofía, la ciencia y el arte de este siglo. Por ello, con humor duchampiano, el año 2017 d.D. y los venideros, los leeremos después de Duchamp.

El rechazo y la incomprensión aun de la vanguardia de su tiempo, con el retiro de la pintura del Desnudo bajando una escalera a instancias del Comité Directivo de la Exposición de los Independientes en París en 1912, y el escándalo posterior en New York en 1917, al no permitirle los organizadores de la muestra: la Society of Independent Artists, la exhibición de La Fuente no fue casual. La obra consistió en un urinario masculino de porcelana firmado R. Mutt colocado con un giro de 90 grados sobre su posición habitual, de modo que el espectador podía prever el efecto de su uso, hecho que le otorga uno de sus múltiples significados.

desnudo bajando una escalera

La potencia de su obra no anida en la forma, sino en la propuesta artística subyacente, que subvierte y toma por asalto el paradigma artístico existente. 

Es conocido en la historia de la humanidad que todo paradigma no es sustituido por asimilación sino por conquista; y es así que a partir de la obra de Duchamp cambiamos en forma definitiva la expresión: “esto es bello, por esto es arte” (Thierry de Duve).

El legado de Duchamp al introducir en un museo un urinario fue que un objeto transportado de un lugar a otro se convierte en arte, pero el servicio teórico es más complejo. Greember señala: “si cualquier cosa y toda cosa puede ser intuida estéticamente, entonces también puede ser intuida como una experiencia artística; si esto es así, el arte puede realizarse en cualquier lugar, en cualquier momento y por cualquier persona”.

LA FUENTE - CRÉDITO FOTOGRÁFICO DE ALFRED STIEGLITZ

Duchamp contribuye impulsando el pensamiento de Novalis, para quien la imaginación es la madre de la realidad y cada hombre puede ser un artista.

La potencia de esta contribución teórica fue inicialmente estética, pero, como veremos, su horizonte fue político. Por otro lado Thierry de Duve de la Universidad de Ottawa considera que la Crítica del Juicio de Kant tiene que ser releída a la luz de los radicales experimentos de Duchamp. La filosofía tampoco volvió a ser la misma después de Duchamp.

La sociedad tecnológica que alumbró el siglo XX, y la fe en el progreso técnico subsecuente, descolocó y atemorizó a filósofos de la talla de Heidegger y Horkheimer. Produjo clásicos de la literatura de ensayo como El mundo feliz de Aldous Huxley, y pesimistas previsiones como la del Ocaso de Occidente de Spengler.

El homo sapiens (el hombre tecnológico de principios del siglo XX) domina la naturaleza y ha llegado a la cima del progreso técnico. Sus instituciones: el estado y la Religión son la más alta abstracción jamás alcanzada, y es en la cima de la más alta abstracción que el homo ludens Marcel Duchamp encuentra bien instaladas a la seriedad y el absurdo.

Por ello el homo ludens con los mismos materiales y objetos de la industria se reapropia de la cultura del progreso técnico. Duchamp, sin temor, juega con estos materiales, y al hacerlo les otorga un nuevo valor de uso.

Como los niños, redescubre los objetos de su entorno y los transforma, con un toque de humor disuelve la realidad y el efecto delicuescente la sitúa más allá del territorio intelectual, territorio libre de discursos; geografía de abiertas interpretaciones como las figuras que se forman al azar en un caleidoscopio.

Duchamp amplía de este modo la frontera de lo posible, y propone nuevas relaciones en lo social: la tolerancia y la integración universal a partir de una nueva vía de comunicación que Octavio Paz ha dado en llamar la metáfora de las imágenes transparentes, en la que el individuo en lo social, al igual que el espectador duchampiano, hace la obra o la concluye, y al hacerlo la completa participando en el proceso creador.

el gran vidiro  oficialmente inacabado en 1923 

Después de Duchamp, desde la revolución de París de 1968 (annus mirabilis) hasta la caída del muro de Berlín, se han escuchado los pasos de los individuos que en el ejercicio de su libertad contingente han descubierto que la obra de arte es su vida, que tienen que concluir su propio proceso creador, y que para cambiar la historia hay que cambiar la vida.

Las ciencias sociales se han enriquecido con la mirada duchampiana de Agnes Heller. El efecto duchamp se encuentra también en la física cuántica. El principio de incertidumbre de Heisemberg –que es para Octavio Paz el adverbio meme en el Gran Vidrio, su partícula de indeterminación– mostró al mundo que la materia no es eso que ocupa un lugar en el espacio, que es inaprensible en el espacio cuántico, su determinación es una quimera.

Esto hizo patente el colapso de la lógica cartesiana (como lo divulgó tempranamente Gastón Bachelard), a partir de entonces lo verdadero-falso (VF) y lo falso-verdadero (FV) existen. Duchamp supera la dictadura de la razón que según Derrida nos obliga a pensar por oposiciones polares: bueno versus malo, identidad versus diferencia, idea versus materia, natural versus cultural, hombre versus mujer, etcétera; y la identificación inmediata de la palabra oral con la razón, que denomina logocentrismo –del griego logos que significa: discurso hablado, lógica, razón, palabra de Dios– , que jerarquiza y establece la tiranía del primer término sobre el segundo, de lo bueno sobre lo malo, del hombre sobre la mujer.

Duchamp refiriéndose a su obra dijo: “para mí hay algo más que el sí, el no, y lo indiferente, y eso es, la ausencia de este tipo de investigaciones”.

En Duchamp “la ausencia de investigaciones” es el silencio. Como Buda, Duchamp ha encontrado el silencio como respuesta, la cuestión silente invade su obra. En el Alagaddupama Sutra 22 se lee: “Cuando lo fonemas, los sonidos, las palabras, los conceptos y las nociones se extinguen, aparece la entrada al dharma de la no-dualidad.

El Buda calla, y "su silencio no es solo la respuesta, sino que invade la misma pregunta. No solo calla, sino que también acalla", afirma Raimon Pannikar. El mismo que en un bello poema titulado La ausencia nos dice: "Para que el silencio sea una respuesta, tiene que haber antes la cuestión silente. Pero toda cuestión silente guarda en el silencio la misma respuesta. Y si no hay pregunta, ya no hay respuesta, hay una mirada, hay una sonrisa; es un amor, es un perdón; todo, nada, si, no..."

Octavio Paz ha dicho del Desnudo bajando una escalera: “ese cuadro es uno de los ejes de la pintura moderna: el fin del cubismo y el comienzo de algo que todavía no termina”.

Y, efectivamente porque sus obras como: L.H.O.O.Q., que es la reproducción de La Gioconda con barba y mostachos, y en la que las siglas leídas rápidamente en francés significan ´ella tiene el culo caliente´, son precursoras de artistas como Jaspers Johns y Rauschenberg en cuya exposición de Nueva York a fines de la década del sesenta se acuña por primera vez el término posmodernidad.

Asimismo, sus exploraciones del arte óptico son los antecedentes del op-art. También influye en la música contemporánea: John Cage, y en la danza: Merce Cunningham.

Para Octavio Paz los ready-mades con su economía de diseño son al mismo tiempo una crítica del gusto, del arte retiniano, también son una crítica de la significación y de la técnica. La meta-ironía de Duchamp invade el objeto y lo neutraliza, lo silencia de significado.

Por medio de esta neutralidad y vacuidad estética visual al contrario de la religión que re-liga, Duchamp des-liga, libera la realidad, y la liberación no es interior, ni exterior, ni intermedia, es inexpresable.

El siglo XX es pues el siglo de Marcel Duchamp, y su legado de libertad nos ha permitido ingresar al nuevo año 2017 con el equipaje necesario para hacer de nuestra vida una permanente y nueva experiencia estética, porque su arte es un arte de liberación e irradia una luz que es tan segura como el amanecer.

primera escultura cinética de la historia del arte 1916/1917 


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