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CRIMINALIDAD DE LOS GOBERNANTES

Publicado: 2017-05-06


CRIMINALIDAD DE LOS GOBERNANTES

Por: Pedro Trillo

Acta est fabula, como la vieja sentencia latina en Venezuela la comedia terminó. Un pueblo secuestrado por un dictador e indenfenso -en medio de la mayor crisis humanitaria de su historia por la falta de alimentos y medicinas esenciales- clama por la solidaridad e intervención internacional urgente.

No hay que olvidar que fue la presión y la solidaridad internacional las que contribuyeron a la gradual pérdida de autoridad de dictadores como Pinochet y a la eliminación del régimen del apartheid en Sudáfrica.

Para Hannah Arendt, eminente pensadora judía: " toda discusión acerca de lo acertado o erróneo de la predicción de un dictador totalitario resulta tan fantástica como discutir con un psicópata asesino sobre si su futura víctima esta viva o muerta (...) puesto que matando a la persona en cuestión el asesino puede proporcionar inmediatamente la prueba de la veracidad de su afirmación" y, agrega, que el único argumento válido en semejante condiciones consiste en socorrer inmediatamente al que está amenazado.

Un gobernante como Nicolás Maduro al no tener legitimidad a los ojos de su pueblo, no puede exigir obediencia sino sumisión a sus dictados.

Michael Randle claramente señala que la pérdida de legitimidad de un gobierno se considera cuando ha prevaricado en sus responsabilidades, o cuando actúa fuera de las reglas de la Constitución, o utiliza su poder de un modo considerado inaceptable.

La convocatoria de Nicolás Maduro a una nueva Asamblea Constituyente con exclusión de los partidos políticos -y cuyos integrantes serán digitados- es una fuga hacia adelante que ha provocado la reacción de protesta popular.

Para Luis María Diez-Picaso, eminente constitucionalista español de quien hemos tomado el título de uno de sus libros para este comentario, la criminalidad gubernativa plantea un reto a la democracia; según él, no solo por la ausencia de medios adecuados para sancionar a los gobernantes, sino sobre todo por el hecho que el respeto por la legalidad por parte de aquellos no constituye un valor a salvaguardar.

Sin embargo, es preciso considerar que en el caso de Venezuela este concepto va más allá de los hechos, porque la criminalidad gubernativa de Nicolás Maduro mantiene a los ciudadanos en un exilio interior, mediante el secuestro de su autonomía, debido a la perversión de su capacidad de elegir, y transmuta en una inversión axiológica, cual Midas moderno, todo lo que toca, por ser su régimen intrinsecamente inmoral.

En Venezuela la libertad de libertades, la voluntad popular expresada en el sufragio universal del acto electoral es la demanda popular, los ciudadanios se encuentran en un estado de desamparo, de indenfensión, han salido a las calles y están siendo víctimas de la violencia de las bandas paramilitares y los órganos de represión al servicio de la dictadura de Nicolás Maduro.

Los ciudadanos de los países en democracia y la comunidad internacional tenemos que salir a defenderlos.

Créditos: Debo el conocimiento del discurso de Juan Requesens, diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela y nuevo héroe de la democracia, al muro de Walter Martínez. Gracias Walter.


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